AFP limita el acceso a fondos para personas con cáncer y enfermedades terminales
En el mejor de los casos, una persona en condiciones críticas de salud, puede retirar solo el 50% del dinero acumulado, y la presencia de beneficiarios puede bloquear completamente el acceso.
Por: Jairo Rodríguez
El sistema privado de pensiones establece restricciones significativas para que personas con enfermedades graves accedan a sus propios fondos acumulados durante años de trabajo.
Pese a enfrentar diagnósticos de cáncer u otras enfermedades terminales que demandan recursos económicos urgentes para tratamiento, los afiliados encuentran barreras normativas que limitan su capacidad de decisión sobre el uso de su propio dinero.
Las restricciones normativas
La Resolución S.B.S. Nº 2740-2016 establece que las personas diagnosticadas con enfermedades graves o terminales no pueden retirar libremente la totalidad de sus fondos acumulados.
Esta limitación afecta tratamientos médicos costosos, desplazamientos para atención especializada o cuidados paliativos.
En el escenario más favorable, un afiliado con diagnóstico de enfermedad terminal puede acceder únicamente hasta el 50% de su fondo acumulado.
Esta restricción no tiene sustento en la protección del patrimonio del afiliado —quien, dada su condición médica, tiene necesidades impostergables— sino en criterios de protección de beneficiarios que priorizan la herencia futura sobre las necesidades presentes del titular.
Obtener acceso a más del 50% es, en la práctica, imposible para quienes no cumplen los requisitos de jubilación, independientemente de la gravedad de su condición médica o la urgencia de sus necesidades financieras.
El bloqueo por existencia de beneficiarios
Una restricción particularmente problemática es la que impide el retiro de fondos cuando el afiliado tiene beneficiarios registrados, típicamente cónyuge o hijos. En estos casos, la AFP no autoriza el retiro bajo el argumento de proteger los derechos futuros de los beneficiarios sobre esos recursos en caso de fallecimiento del titular.
Esta norma coloca a la persona enferma en una posición paradójica: su propio dinero, acumulado mediante sus aportes laborales, queda bloqueado precisamente cuando más lo necesita, bajo la justificación de proteger intereses de terceros que aún no tienen derecho adquirido sobre esos fondos.
Impacto en el acceso a tratamientos
Las limitaciones para acceder a los fondos de pensiones generan consecuencias directas en la capacidad de las personas enfermas para costear tratamientos médicos oportunos.
Los tratamientos oncológicos, por ejemplo, son altamente costosos y frecuentemente no están cubiertos completamente por seguros de salud públicos o privados. Muchos pacientes deben asumir gastos de bolsillo para medicamentos específicos, terapias complementarias, segundas opiniones médicas o tratamientos en centros especializados.
La imposibilidad de acceder libremente a los propios fondos obliga a las familias a buscar financiamiento alternativo —préstamos, venta de bienes, campañas de recaudación— mientras el dinero del propio afiliado permanece bloqueado en su cuenta de AFP.
Esta situación puede resultar en la postergación de tratamientos críticos, la elección de alternativas terapéuticas menos efectivas por motivos económicos, o la acumulación de deudas familiares para financiar atención médica que podría costearse con los propios recursos del afiliado.

